El aceite de palma es en la actualidad el aceite más empleado del mundo. Está presente en múltiples productos de alimentación que todos —a veces sin darnos cuenta— compramos a diario en cualquier supermercado convencional. También se utiliza en la cosmética, productos de limpieza e incluso biocombustibles.
Pero además se trata de uno de los productos más controvertidos, puesto que numerosos estudios han alertado de sus efectos nocivos para la salud y de los daños medioambientales y sociales que conlleva su producción. A continuación, les explicamos todo lo que deben saber sobre el aceite de palma, los peligros que entraña su consumo y los productos que lo contienen.
¿QUÉ ES Y PORQUE ES PELIGROSO?
El aceite de palma es un aceite de origen vegetal que se produce a partir de los frutos de la palma de Guinea, también conocida como palma africana de aceite o palma aceitera.
Originaria de África, en actualidad se cultiva en muchos países de clima tropical no solo de ese continente, sino también de América y, especialmente, de Asia. Así, un 85% del aceite de palma proviene de Indonesia y Malasia, pero también lo exportan Papúa Nueva Guinea, Tailandia, Camboya, Brasil, México, Colombia y África occidental.
¿Por qué es peligroso para la salud?
Es verdad que el aceite de palma es una rica fuente de vitamina A y de vitamina E. Sin embargo, también es 'una rica fuente' de grasas saturadas (un 50% frente al 15% en promedio que contienen otros aceites), lo que lo convierte en un peligro para las arterias y el corazón.
En los últimos años, se han multiplicado los estudios que alertan de los efectos nocivos del aceite de palma para nuestra salud. Un estudio estadounidense publicado en la revista 'Globalization and Health' en 2011 demuestra el vínculo entre el consumo de dicha sustancia y mayores tasas de mortalidad por enfermedades cardiovasculares.
“El consumo de aceite de palma, incluso si es reducido, es peligroso para los niños y un consumo frecuente pone en peligro la salud de todos”.
Autoridad Europea para la Seguridad de los Alimentos
Los científicos descubrieron que un kilo de aceite de palma conllevaba 68 muertes por cada 100.000 habitantes en varios países con bajo poder adquisitivo. En otros países con niveles de vida más altos la cifra era de 17 muertes.
No obstante, aún más alarmantes son los hallazgos que asocian el aceite de palma con el cáncer, como el informe de la Autoridad Europea para la Seguridad de los Alimentos (EFSA, por sus siglas en inglés) publicado en mayo de 2016, en el que se advierte de que "el consumo reducido de aceite de palma, incluso si es reducido, es peligroso para los niños y un consumo frecuente pone en peligro la salud de todos".
Según la investigación, que supuso uno de los golpes más considerables a la imagen de este producto, en el proceso de refinado el aceite de palma se somete a temperaturas de 200ºC para conseguir que carezca de sabor y olor. Sin embargo, ello libera sustancias cancerígenas que incluso son capaces de alterar el ADN.
Los expertos de este organismo oficial europeo consideraron que "hay suficientes pruebas de que el glicidilo es genotóxico y carcinógeno, por lo que no hemos fijado un nivel mínimo de consumo seguro", según explicó la directora, Hellen Knutsen.
La Nutella, en el ojo del huracán
El estudio llevó a que la mayor red de supermercados italianos, Coop, dejara de comercializar productos que contienen aceite de palma. Además, numerosos supermercados también han retirado de sus estanterías la popular crema de cacao Nutella del fabricante italiano Ferrero por contener este tipo de aceite.
“Una tonelada de aceite de oliva cuesta 3.500 euros, una de girasol 900 y una de palma 650”.
Rafael Garcés, investigador del Instituto de la Grasa del CSIC en Sevilla (España)
Como respuesta, la empresa italiana Ferrero, fabricante de esta crema, ha lanzado una campaña televisada insistiendo en que el sistema que utilizan para la elaboración de su aceite de palma implica una menor temperatura, minimizándose así la formación de los contaminantes peligrosos.
Este polémico ingrediente proporciona a la Nutella su textura suave y prolonga su vida útil. "Hacer Nutella sin aceite de palma produciría un sustituto de inferior calidad, sería un retroceso", sostiene el gerente de compras de la empresa.
¿Entonces por qué se usa?
El aceite de palma tiene una serie de ventajas:
- no contiene grasas 'trans';
- se mantiene sólido a temperatura ambiente;
- tiene una textura untuosa y no tiene olor, lo que le permite sustituir la mantequilla o las grasas hidrogenadas en muchos productos;
- alarga la vida útil de los alimentos gracias a su alta resistencia a la oxidación y su efecto conservante natural;
- Soporta bien los tratamientos térmicos.
Sin embargo, su principal ventaja es su bajo coste. Y es que la palma aceitera se caracteriza por un rendimiento muy alto, factor que, unido a los bajos salarios de los trabajadores en los países productores, convierte este producto en una opción mucho más económica que sus potenciales sustitutos.
Según ha aclarado a 'El Mundo' Rafael Garcés, investigador del Instituto de la Grasa del CSIC en Sevilla (España), a principios de la década del 2000 los fabricantes eliminaron de manera progresiva las grasas animales de sus cadenas de producción por ser dañinas para la salud y las sustituyeron por grasas hidrogenadas primero y por aceite de palma posteriormente.
"Habría otras opciones, pero son mucho más caras y no es rentable", ha destacado, detallando que "una tonelada de aceite de oliva cuesta 3.500 euros, una de girasol 900 y una de palma 650". De manera que el de palma es "el aceite más barato que existe".
Para hacerse una idea, cambiar este ingrediente en la Nutella le supondría a Ferrero un coste extra de entre 8 y 22 millones de dólares al año.
PRODUCTOS EN RIESGO
Cada día millones de personas en todo el mundo compran productos alimenticios de marcas que con los años se han vuelto muy populares. Sin embargo, en la mayoría de los casos pasa desapercibido el hecho de que estos alimentos ocultan un peligro potencial para nuestra salud. Y es que el aceite de palma se puede esconder bajo diferentes denominaciones en el etiquetado, como 'aceite', 'grasas vegetales' o palabras con la raíz 'palm' ('palmitato', 'palmitate', 'palmate', etc.).
Estos son algunos populares productos en cuya elaboración se utiliza aceite de palma, y que, por lo tanto, pueden causar cáncer:
- Crema de cacao Nutella
- Galletas Oreo
- Galletas Tuc
- Galletas La Buena María de Fontaneda
- Chocolates Ferrero Rocher
- Chocolates Kinder Bueno y Kinder sorpresa
- Chocolates Kit Kat
- Chocolates Mars
- Chocolates Snickers
- Chocolates Twix
- Bombones de Lindt
- Dulces M&Ms
- Leche junior crecimiento de Nestlé
- Pizza de Casa di Mama
- Postre Donuts
- Caramelos Sugus
- Cereales sabor yogur Special K de Kellogg's
- Margarina Tulipán
- Margarina Flora
- Doritos
- Patatas fritas Ruffles
- Crema de marisco de Knorr
- Tortellini de queso de Knorr
- Cereales Nesquik
- Cereales Estrellitas de Nestlé
- Postre tiramisú de Dhul
- Masa de hojaldre de Buitoni
- Bacalao rebozado Findus
- Sobaos Martínez
- Canelones de atún Maheso
- Flautas de beicon y queso Azteca
Además, el aceite de palma no solo se utiliza en la industria alimentaria. Hoy en día, un 50% de los productos que usamos todos los días lo contienen, desde cosmética (cremas, lápices de labios, etc.) hasta velas, pasando por productos de limpieza e incluso biocombustibles.
EL ACEITE DE PALMA Y EL MEDIO AMBIENTE
Uno podría pensar que reduciendo o evitando el consumo de aceite de palma basta para salvarnos de sus efectos perjudiciales, pero no todo es tan fácil. Además de ser peligroso para la salud, este producto ha tenido un fuerte impacto en el medioambiente en los países productores —en primer lugar, Indonesia y Malasia— donde ha provocado deforestación, ha afectado a la biodiversidad y ha aumentado las emisiones de CO2.
Estos son los principales impactos medioambientales:
Deforestación masiva de miles de hectáreas, no solo en Asia, sino también en América del Sur y en África. Según el UNEP (Programa Medioambiental de la ONU), el cultivo de la palma aceitera es la principal causa de deforestación en Malasia e Indonesia, donde una gran parte de las plantaciones ocupan zonas que antes eran bosque tropical. Las plantaciones necesitan enormes extensiones de tierra en explotación intensiva, sobre todo en la región tropical calurosa, y la propia palmera africana es agresiva con el entorno. Sin embargo, el principal problema no es la planta en sí, sino los productores, que talan o incluso queman el bosque para poderla plantar.
Pérdida de biodiversidad y extinción de especies: el cultivo de palma aceitera tiene un gran impacto en la biodiversidad, ya que provoca la destrucción del hábitat natural de muchas especies y fuerza su desplazamiento o desaparición. A esto se suma el uso de pesticidas y abonos industriales, así como la instalación de trampas y vallas eléctricas o simplemente la matanza de animales salvajes. El que peor parte se lleva es el orangután, que está desapareciendo a marchas forzadas y ya se encuentra muy cerca de la extinción, pero también otros animales (como el rinoceronte, el tigre y el elefante) y plantas sufren los efectos del cultivo de palmera aceitera.
Contaminación y calentamiento global: La producción del aceite de palma es también responsable de la emisión de grandes cantidades de CO2 a la atmósfera. Para eliminar los bosques y abrir terreno a las plantaciones de palmeras a menudo se provocan incendios, en particular en las turberas tropicales, que almacenan más carbono por unidad de superficie que cualquier otro ecosistema en el mundo. Los incendios forestales liberan dióxido de carbono, lo que contribuye al cambio climático.
ACEITE DE PALMA Y ABUSO A LOS DERECHOS HUMANOS
Más allá del daño para la salud y el medioambiente, existen serias preocupaciones acerca del impacto social de la producción de este aceite, que está asociado a la apropiación de tierras pertenecientes a pueblos indígenas, ya que los fabricantes a menudo expulsan de sus territorios a comunidades autóctonas, generando conflictos.
Por otro lado están las violaciones de los derechos humanos en las plantaciones. Por ejemplo, un informe publicado por Amnistía Internacional a finales de noviembre reveló como algunas de las compañías de alimentación y de producción de artículos de uso diario más famosas del mundo contribuyen a los abusos laborales y se benefician del trabajo infantil y forzoso en Indonesia.
La organización investigó las plantaciones de aceite de palma en este país gestionadas por la empresa Wilmar, el mayor productor de aceite de palma del mundo, y descubrió "sistemáticos" y "estremecedores" abusos contra los derechos humanos, como por ejemplo:
- el trabajo físico "duro y peligroso" de niños de tan solo ocho años, que en algunos casos han tenido que dejar la escuela;
- discriminación, amenazas, trabajo forzoso y bajos salarios entre las mujeres trabajadoras;
- graves lesiones debido a la exposición a sustancias químicas tóxicas prohibidas en la UE;
- trabajo sin equipos de seguridad adecuados ante los peligrosos niveles de contaminación provocados por los incendios forestales de 2015;
- trabajo físico duro durante muchas horas para cumplir objetivos "absurdamente altos".
Amnistía Internacional siguió el rastro del aceite producido en estas plantaciones hasta nueve empresas globales: AFAMSA, ADM, Colgate-Palmolive, Elevance, Kellogg's, Nestlé, Procter & Gamble, Reckitt Benckiser y Unilever. Casi todas ellas son miembros de la Mesa Redonda sobre el Aceite de Palma Sostenible, y aseguran en sus páginas web y etiquetas que utilizan "aceite de palma sostenible", mostrando así "una absoluta falta de respeto por unos consumidores que creen que toman decisiones éticas cuando paga en caja esos artículos", según denunció Seema Joshi, responsable del equipo de Empresas y Derechos Humanos de Amnistía Internacional.
“Las empresas miran hacia otro lado ante la explotación de trabajadores y trabajadoras en su cadena de suministro. Pese a prometer a los consumidores que no habrá explotación en sus cadenas de suministro de aceite de palma, las grandes marcas siguen aprovechándose de terribles abusos”.
Meghna Abraham, investigadora principal de Amnistía Internacional
En la misma línea, Meghna Abraham, investigadora principal de Amnistía Internacional, explicó que las conclusiones del informe "sorprenderán al público consumidor que cree que toma decisiones éticas" al comprar estos productos, que afirman usar aceite de palma sostenible, cuando en realidad "dista mucho de serlo". "El aceite de palma que se produce usando trabajo infantil y trabajo forzoso no tiene nada de sostenible".
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